Isla.
“Territorio rodeado de
agua”.
¡Ah!
Entonces
para empezar
están las grandes islas continentales
América
Eurasia
África
Y luego
todas las otras
islas conocidas
como islas
grandes medianas y pequeñas.
“Si son deshabitadas se
llaman islotes
y si son demasiado pequeñas...”
Bueno.
Ya no importa.
Resulta evidente que el palabrario
se niega
a reconocer los miles de acepciones
del concepto
isla.
Nada de extensiones metafóricas
al estilo de
“pájaro: isla de plumas
palpitante
móvilmente rodeada
de aire
fluyente
de
sonoridad
diversa y sorpresiva
y
coloración
impredecible
se
reproduce por
islas”
“huevo:
isla
generalmente blanca y calcárea
o de
territorio gelatinoso
y color
según el bicho
habitada
en número
de uno
por el
ser en potencia
y que se
acaba
con el
ser que se realiza
en isla”.
Por supuesto
usted es una isla
a quien rodea
enteramente
esta poesía
archipiélago de
letras
a su vez
enteramente
rodeadas de papel
e isla
también
de la conciencia
en un mar de
percepción.
Y un hombre puede
ser una isla
por completo
circundado
de soledad
pero también
el círculo
aislante
puede estar
formado
por dos brazos amantes
o acaso
más bien corresponda hablar
entonces
de dos islas
unidas por istmos
según flujos de la marea
del amor
y palabras
gaviotas
cruzando
de costa
a costa.
Una mesa
de cafetería
asimismo es una isla
de plana geografía
apta
para trazar el mapa
de una poesía
recibir en sus ciudades silla
los marineros
de la
jornada
con sus ideas como oleajes
de turbulencia distinta
varia
insumidas todas
al fin
en
las arenas
sin huella
de sus playas
o bien acoger
a los náufragos
del
hambre
y de la sed
que con palabras menú-mágicas
invocan
la aparición de
su comida mercenaria
(la que sólo viene
si se paga).
Y mi cama es una isla
cercada
por insomnio sueño
región del viejo perro fiel
de la memoria
y de la sala de
espejos
del recuerdo
y la fantasía
del subconsciente
con su multiplicación
de rostros
y paisajes
en un caleidoscópico
país
del que podemos
no salir nunca más
o acaso
la alborada se resuelva
en meridianos
de
cantos
y arribemos al día
costa
frontera
de otra isla
existencial.
E igualmente
la ternura hace una isla
en los ojos de mi hijo
con peces de luz
en su agua cristalina
cuando me mira
después del leve paso
brisa
de una caricia
en medio de un enorme océano
de dolor
americano
con balas islas
y
bombas islas
de dureza
más dura
cada día
y el terror secular
clima
que nos sopla del norte
como tifones verde oliva
y marejadas de políticos
cavadores de tumbas
islas
finales
de sus víctimas
de espada
o economía.
Y una trinchera
es un vientre
isla
de tierra
cercado del terror
de muerte súbita
y preñado de sueños
y esperanza guerrillera
o emputecido
del
odio atónito
de la soldadesca
de paga
según el progenitor
E inconsciente a pesar
de que a veces
no
escape al napalm
espasmódica vuela
la itinerante
ínsula mariposa
ala flor
a la flor
isla
color
siempre mudable
a isla
fruto
de sol
e isla
semilla
ciclo
continuación.
Pero la vida
siempre es una isla
frágil
oasis
galáctico
desafiante
del hielo
y del
fuego
caras
de la moneda usual
de la desolación
en el insondable
océano
de
casi-vacío
de espacio
universal.
Acaso
si añadimos
la
conciencia
sea más clara
la insularidad
y si se trata
de la
inteligencia
estamos hablando
de una isla
mítica
extraña en verdad
aunque la rareza
se haga límite
cuando es el arte
el que aparece
la dialéctica
la matemática
o la ciencia
Por eso
podemos hablar
de islas
históricas
Marx
y Heráclito
Shakespeare
Galileo
Einstein
y Demócrito
Freud
Da Vinci
Darwin
Picasso
Brecht
y
Bach
espumas
en la cresta de
la ola
pero así
vanguardia
de lo que vendrá.
Mas aun
dentro del mar
de la multitud
cada ego
es una isla
se
desliza
entre
instancias
vivenciales
discrimina
ante quién
y cuánto
mostrar
de sí
para hacer
mínima
la oportunidad
de
ser herido
cangrejo
ermitaño
obligado
a crecer
buscando
cada día
nueva concha
existencial
para acomodar
la
expansión
de su pensamiento
hacia
ambos
extremos
del infinito
y así
enfrentado
por las contradicciones
descender
vertiginosa
escala
desde
el Universo
diente
de
león
ya
disperso
por
un
viento
original
hacia
las
fulgentes
islas
fragmentos
sistemas
estrellas
y planetas
y (según)
islas
absurdas
naciones
patrias
e
islas
antinaturales
ciudades
conjuntos de
islas
cotidianas
hogares
madrigueras de
islas
autárquicas
yoes
desmenuzables en
islas
vitales
células
edificadas con
islas
básicas
moléculas
armadas de
islas
elementales
átomos
complejos de
islas
irreductibles
quarks
dadas en la
isla
final
a c t u a l i d a
PERO
he aquí
que
de pronto
allí
venimos
a descubrir
que esta es
una
isla
envolvente
isla
incluyente
isla
abarcante
isla
ciñente
isla
papel
pegamoscas
del
que
nada
escapa
isla
no isla
con sus tres pseudópodos
simultaneidad
s
u
c c
a
e
u s
s i
a ó
l n
i
d
a
d
amorosa ameba
penetrando
toda realidad
según
clase
y número
de las islas
en cada
región.
Todo con todo
formando
un
hilo
continuo
de
acción
flujo
camino
proceso
oigo
al
violinista
ejecutar
“La Campanella ”
de
Paganini
hacerla
existir
para
ser
él
y
ser
además
a
través
de
su
instrumento
que
es
lo
que
es
porque
el
músico
lo
hace
ser
al
pulsarlo
y
por
la
música
que
de
él
brota
cada
nota
le
transforma
dispara
su
memoria
saeta
hacia
el
siguiente
acorde
afina
las
cuerdas
nerviosas
con
el
diapasón
molecular
los
átomos
de
los
músculos
dispuestos
en
paralela
armonía
vibración
que
se
expande
y
continúa
en
los
mares
charcas
lagos
estanques
mentales
de
cada
auditor
de
la
sala
y
más
allá
transmisión
y
grabación
en
vivo
combinando
los
tiempos
del
tiempo
tiñendo
enlazando
su
percepción
se
hace
grávida
de
recuerdos
asocia
libre
y
se
proyecta
en
el
acto
porvenir
retorna
al
curso
corriente
de
la
vida
mas
de
alguna
forma
el
cauce
variado
altera
toda
la
dinámica
de
su
paisaje
y
así
el
yo
cibernético
muda
su
piel
continuamente
según
cada
ambiente
mundo
lleva
hacia
nuevas
configuraciones
de
interacción
acaso
ame
más
lúcida
y
apasionadamente
precise
los
perfiles
de
su
esperanza
abarque
en
abrazo
solidario
a
cada
ser
vivo
y
se
una
con
profunda
conciencia
amplificada
al
ritmo
siempre
variable
de
energía
universal
mas
como
quiera
que
sea
toda
vibración
transforma
la
ecuación
y
en
el
permanente
juego
de
los
equilibrios
la
flamígera
nota
final
del
concertista
nunca
será
ajena
a
la
próxima
nova
de
Belén
ni
al
ciclo
de
vida
y
muerte
y
vida
de
las
galaxias.
¿Isla?